domingo, 15 de noviembre de 2009

LENGUAJE DE LOS GENES DEL LENGUAJE




Aristóteles dijo que el hombre es un "animal lingüístico" pues el lenguaje explicita la moral. El lenguaje es el cemento de la vida social del hombre ya que permite transmitir pensamientos y sentimientos, facilitando, de esta forma, el trabajo y el recreo. Es verdad que hay otros seres sociales, pero no han desarrollado esta capacidad. Los chimpancés poseen lenguaje gestual, de signos, con su propia sintaxis, pero está consensuado que Homo heildelbergensis, hace 120.000 años, fue la primera especie con capacidad para hablar, una ventaja adaptativa que hacía mas eficaces a sus miembros.
¿Existe base genética para esta singularidad humana? Si existe, ese Ministerio de Cultura de la comunidad de células, que constituye el hombre, debe radicar en el cromosoma 7. De la misma forma, en otra entrada hablaremos del Ministerio de Defensa, localizado en el cromosoma 6. Veamos...
Charles Darwin, en "The Descent of Man" (1871), decía que la formación de diferentes lenguas y diferentes especies es, curiosamente, la misma. Las diferentes lenguas presentan homologías debido a la comunidad de descendientes. Las lenguas, como las especies, cuando se extinguen no reaparecen - se enfatiza en el clásico Evolution, de Colin Paterson-. La idea del lenguaje como algo innato se debe no a un epistemólogo o a un biólogo evolutivo, sino al lingüista A. Noam Chomsky, del Instituto Tecnológico de Massachusetts, autor de la gramática generativa, quien supuso que los niños vienen al mundo con el "órgano del lenguaje", en fin, con unas estructuras neuronales apropiadas para aprender un idioma. (Un niño chino criado en España, sin saber reglas de sintaxis, aprende español). Aunque Chomsky asestó un duro golpe a los conductistas - que defendían que el lenguaje se aprendía, que no era innato sino que formaba parte de esa evolución cultural rápida, la liebre Lamarckiana- lo cierto es que su teoría no encajaba bien con el gradualismo o tortuga Darwiniana. El llamado efecto Baldwin viene a conciliar ambas posturas enfrentadas. Viene a decir que lo aprendido no es tan diferente de lo innato (aunque nos cueste entender que el esfuerzo de enseñar a un niño a atarse los cordones de los zapatos pueda pasar del cerebro a sus celulas sexuales (gametos) y desde allí hasta los genes en el cigoto, en otro individuo).
Pero el cerebro de los humanos inventa problemas o nuevos escenarios al que los genes deben enfrentarse mediante la selección natural. Así, en el cortex primitivo de los primates, según Edelman, estarían ya unos "conceptos abstractos" anteriores a la aparición del lenguaje, imágenes visuales a velocidad de seis por segundo que constituirían la consciencia primaria. Posteriormente, la palabra se seleccionaría por permitir ensamblar cadenas de pensamiento, en fin, lenguaje para comunicar y pensar. Esta ventaja adaptativa se orientaría a resolver problemas, o bien a transmitir la cada vez más numerosa información de madre a hijo en ese largo proceso de maduración y desarrollo cerebral.
Nos dice Javier Sampedro que el éxito biológico y cultural del hombre se basa en el conocimiento abstracto del medio, en predecir, en reconocer regularidades en un mundo aparentemente caótico.
Por otra parte, para conocer el lenguaje de los genes lo que mas nos ayudó fue, también paradójicamente, una imagen: la de aquella doble hélice de Watson y Crick. Y para conocer los genes del lenguaje sabemos que un gen, el FOXP2, en el cromosoma 7, es responsable de dispraxias verbales (déficits de procesamiento del habla) relacionadas con movimientos orales finos. Aún nos queda un camino por comprender la maduración del cerebro y la relación entre moléculas que produce ese gen y el ambiente (Pérez-Jurado LA, 2005).

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