jueves, 28 de enero de 2010

EFECTO ANTABÚS




Existe permisividad al consumo excesivo de alcohol en la cultura latina -también en el Arlanza- porque incrementa el placer, facilita la comunicación social, y hasta tiene un papel religioso. Se puede decir que el alcohol impregna al hombre del Mediterraneo. Pero...¡claro está!, ésto tiene un precio a pagar: violencia, accidentes, dependencia y muerte. Por lo tanto, no podemos decir -como Homer Simpson- que el alcohol sea la causa de, o la solución a, todos los problemas.
¿Qué es el efecto antabús?
Que por su naturaleza, el problema que se señala como efecto antabús se produce al tomar algunos medicamentos usados como repelentes del alcohol: Disulfiram (Antabús), y Carbimida o Cianamida cálcica (Colme), que se ingieren conscientemente para conseguir la deshabituación o aversión al alcohol.
El alcohol etílico o etanol es un alcohol resultante de la fermentación -obtención de energía en ausencia de oxígeno- de azúcares simples de frutos como la uva, y de la acción de levaduras -hongos unicelulares que están en la superficie de las uvas, en el suelo etc...-.
Entonces: C6H12O6 (Glucosa) por levaduras = 2 C2H5OH + 2 CO2.

1- Este ETANOL se metabolizará por la ADH (Alcohol deshidrogenasa) en:
2- ACETALDEHIDO, que por la ALDH (Aldehido deshidrogenasa) pasará a:
3- ACIDO ACÉTICO, eliminándose como CO2 y agua.

El mecanismo de acción de Antabús y Colme es bloquear la enzima ALDH, por lo que se acumulará en el organismo ACETALDEHIDO, produciendo un fenómeno muy molesto y duradero tras la ingesta de alcohol ( entre 5 y 20 minutos después): vasodilatación, enrojecimiento, sudores, visión borrosa, hipotensión y hasta shock con riesgo de muerte.
Además del efecto antabús de estos antidipsódicos que hemos conocido, otros medicamentos pueden ocasionarlo: cefalosporinas, antidiabéticos orales, griseofulvina (antimicótico) e isoniacida (antituberculoso).

Y viene a cuento en esta carta hablar de otras intoxicaciones accidentales o no accidentales por otros alcoholes como METANOL (alcohol de quemar), o por ETILENGLICOL (anticongelante). En este caso la toxicidad se produce a las 12-24 horas por acúmulo de formaldehido y ácido fórmico. En estos casos se usa un inhibidor de la ADH, el Fomepizol (4 metilpirazol), que tiene mil veces mas afinidad por la ADH (la bloquea) que los glicoles. (Nogué-Xarau S, et al. Med Clin, 2009, doi:10.1016.)

sábado, 16 de enero de 2010

SALIR DE LA CAVERNA



Escribo esta carta para dar cuenta de dos de los acontecimientos científicos mas destacados de 2009 según la revista británica Nature:el nuevo virus de la gripe A H1N1 y el gran acelerador de partículas LHC (Large Hadron Collider), del CERN (Centro Europeo de Física de Partículas). La noticia me enfrenta a un dilema, o me produce cierto desasosiego, pues recuerdo el díctum de A. Chéjov: "la Literatura es mi amante, pero la Medicina es mi mujer"; o aquél otro de Einstein: "al principio, todo el entendimiento está puesto en el amor; después, todo el amor está puesto en el conocimiento". Así, uno siente aventurarse -guiado por la excitación o el afán de conocer- en un escarceo intelectual; y no sabe si atender mis obligaciones con la Biología, o dejarse seducir por los encantos de la Física, intentando desnudar la naturaleza de la realidad.
Pero hoy, siguiendo mi propio consejo, he decidido caer en la tentación. Y en ese intento de entender el Universo nos preguntamos: ¿De qué están hechas las cosas?
Vemos que las cosas están hechas de átomos. El átomo es como una habitación vacía con una mota de polvo -el núcleo- donde está la masa. Así nos lo explicó el Nobel Richard P. Feynman. (en la foto). Y se conocen cuatro tipos de fuerzas, interacciones o teorías para intentar explicar la realidad: la gravedad, las fuerza nucleares débiles, las fuerzas nucleares fuertes y el electromagnetismo. Por ejemplo, la dinamita explota por cambios en la periferia del átomo, mientras que la bomba atómica lo hace por cambios en los núcleos. Actualmente la Teoría Cuántica -junto a la Relatividad- es el pilar de la Física (explica las propiedades y reacciones químicas) y propone que las ondas que que se desplazan por campos magnéticos se comportan como partículas a frecuencias muy altas. Einstein conjeturó un espacio-tiempo curvo, relativista, abandonando la vieja concepción de un espacio en tres dimensiones separado del tiempo (la teoría de Newton no sirve a nivel atómico). Y el Principio de Incertidumbre de Heisenberg nos dice que no podemos conocer simultaneamente la posición y la velocidad de una partícula. Pero, a partir de ahora, comprender el mundo significará conocer las relaciones de las partículas subatómicas. ¿Cómo tienen masa las partículas conocidas? ¿Será por el mecanismo de la partícula de Higgs? Esa partícula se busca en las colisiones de protones acelerados en un circuito subterraneo de 27 kms. Los próximos años se arrojará luz sobre ese 95% de materia y energía oscura a nuestros ojos y entendimiento para... salir de la caverna.

lunes, 4 de enero de 2010

CIENCIA COMO FENÓMENO BIOLÓGICO


El pasado 30 de diciembre de 2009 corrí la San Silvestre en Lerma -aquí tienen la prueba que por correr sí amanece mas temprano-. De vuelta al pueblo, asistí a una conferencia que se celebró en el salón de actos de Quintanilla del Agua. El asunto que nos convocó fue un personaje histórico del Arlanza: Don Jerónimo Merino Cob. El Cura Merino (Villoviado, 1769 - Alencon, 1844), fue un sacerdote y guerrillero que fundó los Regimientos de los Húsares, de Burgos, y del Arlanza. Y como no es posible escribir o hablar de historia sin opinar, me gustó el punto de vista del conferenciante - Don Diego Peña, regidor de Lerma-, pues aclaró cuáles eran hechos (muchas veces limitados o seleccionados), y cuáles opiniones (muchas veces ajustadas a teorías preconcebidas, como hacen los historicistas). Así que la historia no tiene teorías; lo que tiene son "puntos de vista" o interpretaciones históricas. ¿Y para qué hablamos de historia si queremos hablar de ciencia?
Porque a diferencia -o al contrario- de la historia, aunque la ciencia selecciona hechos - es inevitable el punto de vista del científico-, lo hace para refutar o rechazar una teoría, para contrastar una hipótesis en las ciencias puras, y para predecir en las aplicadas - a un ingeniero le interesa conocer si el puente soportará una carga-. Y es que hablamos de Karl Raimund Popper, autor de "La Miseria del Historicismo" (1957). Popper estuvo en Burgos en 1968, en el Congreso sobre Filosofía de la Ciencia organizado por el Catedrático Luis Martín Santos (ambos en la fotografía). Karl R. Popper (1902-1994) ha sido uno de los mas influyentes pensadores contemporáneos cuyas teorías epistemológicas y sociopolíticas han llegado, también, a la Epidemiología. El autor sostiene que cuando evaluamos una teoría parece que siguiéramos un camino inductivo -de lo particular de los hechos a lo general de la teoría-, cuando en realidad no se puede verificar ninguna teoría explorando todas las situaciones posibles. Entonces el verdadero método científico es el Hipotético-deductivo. Así, las hipótesis científicas nunca podrán ser confirmadas, sino únicamente falsadas. ¡Gran lección de humildad, ésta de la ciencia! En Epidemiología también nos parece que utilizamos criterios inductivos - o deductivos- en la "inferencia" o, mejor dicho, juicio causal. Pero en realidad son reglas metodológicas que nos ayudan en la causalidad.
Las ciencias -nos dice Popper- resuelven problemas por el mismo método que el sano entendimiento (ensayo-error). Sería como un fenómeno biológico en el que se parte de a)un problema (ambiental, de alimentación etc...); b) se proponen soluciones tentativas ( los individuos tienen predisposición genética al cambio, a la variabilidad); y c)se desechan las respuestas erróneas. Lo mas característico del método científico, lo que diferencia a una ameba de Einstein, es el caracter crítico del método. Así, mediante un lenguaje, se pueden desarrollar pruebas o tests para rechazar hipótesis o proposiciones formuladas linguísticamente. Estos intentos de Falsación diferencian una actitud precientífica de una científica. Una actitud crítica que supone una dialéctica entre teorías competidoras, audaces, con contenido empírico (logico-deductivo) en su aproximación a la verdad.