Mostrando entradas con la etiqueta Geología. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Geología. Mostrar todas las entradas

jueves, 13 de diciembre de 2012

LA DERIVA

Amigos, Sabíamos que Burgos ostenta el distintivo de Ciudad de la Ciencia. Sí, pero no hasta el punto de que las acémilas vayan a la Universidad. La foto del Diario de Burgos muestra a los dos noveles universitarios en la Facultad de Ciencias. No los tengo en mi clase, pero una postura inteligente sí han adoptado: pastar el mejor alimento, el conocimiento. Lo que tampoco sabíamos es que ahora se habla del sexto continente: el de Internet, el de la Globalización. Pero hablemos de continentes y de otra deriva. La "teoría de la deriva” es la que nos explicó Joseph María Parés, científico del CENIEH, el pasado 15 de noviembre. El motivo: este año se cumple el centenario de esta teoría de A. Wegener (Berlín, 1880 – Groenlandia, 1930) por la que se explicaba el origen de los continentes y océanos. Hoy se conoce como la teoría de la “Tectónica de Placas”, que preconiza desplazamientos de los continentes a razón de entre 6-10 cm./año. La corteza terrestre se desplazaría, imperceptiblemente, sobre el manto terrestre (sólidos de distinta viscosidad). Las rocas fluirían, por diferente viscosidad, movidas por la convección de calor procedente del centro de la Tierra. En definitiva, Pangea era el Supercontinente único que, hace 300 millones de años, flotaba por la superficie del planeta hasta que estas fuerzas lo resquebrajaron. Ahí tenemos los testimonios fósiles, climáticos y geológicos de la antigua unión del cuerno de África con América del Sur. Y hete que, por entonces, Burgos gozaba de un clima tropical, pero nos hemos ido desplazando a latitudes nórdicas. No me extraña que Leo Harlem diga ahora que Burgos es la única ciudad donde las estatuas llevan bufanda y se les hielan los mocos. Pero nos queda un consuelo. Nos hemos alejado de zonas inestables y puntos calientes (zonas de choque con terremotos y volcanes) y hemos tornado aquella voluptuosidad del calor por este otro sosiego del frio.

jueves, 19 de abril de 2012

BELLEZA Y CREATIVIDAD EN EL ARLANZA. EL ARAGONITO





El pasado domingo 15 de abril visité junto a mis hijos las formaciones rocosas que están junto a la “Laguna”, en la carretera de Tordueles, un bello rincón entre sabinas y viñas que solía frecuentar por Navidad - para adornar el Belén con musgo y piedras-. Esta vez fuimos a buscar las piedras preciosas que cuelgan de aquellas oquedades (dejo unas fotos de la mucosa de la boca y el diente) que, como cuévanos, miran al río. Y es verdad que las rocas parecen dientes refulgentes que lucen entre las fauces pues, en realidad, estas joyas son verdaderos esmaltes de carbonato cálcico (CaCO3). Las cuevas a veces se visten de domingo y lucen aragonito, otras se visten de diario y lucen calcita. El nombre de aragonito procede de Molina de Aragón (Guadalajara) y los mineros lo llamaban la "flor de hierro". Pero esta mucosa de calcio –espeleotemas- ha sido esculpida por el agua dejando señales acuñadas en rocas y relieves que nos permiten comprender la belleza y los caprichos de las formas. El agua de lluvia se carga de anhídrido carbónico (CO2) y disuelve la roca caliza agrandando estas fisuras y oquedades.

En Quintanilla del Agua existen fósiles marinos desde el periodo Triásico (200 millones de años), después de la escisión del unico Continente Pangea, pero será desde el Cretácico - entre 145 y 65 millones de años, cuando los dinosaurios- cuando el agua esculpa nuestra historia en el valle (el material para construir las ermitas, los escudos y los capiteles). Aunque no es unicamente la geología quien crea la belleza. O quizá si pues la máxima expresión de la creatividad en la naturaleza está encarnada en el hombre. Así, es la geología –como intuyó Charles Lyell influyendo en las ideas de Darwin - el cambio en el medio, quien obliga a cambiar y evolucionar a los seres vivos. Y es ahora cuando el hombre exhibe la creatividad como herramienta de conocimiento para explorar y esculpir nuevos horizontes.

El hombre posee esa capacidad simbólica (el lenguaje, el arte, el rito…), la capacidad tecnológica (fabrica herramientas), la capacidad de aprender y la conciencia individual y social. Y aunque los animales también poseen capacidad simbólica (se comunican por sonidos, cánticos, se adornan…), y, asimismo, fabrican herramientas (chimpancés cazan termitas con palos y el Corvus moneduloides en Oceanía dobla alambres para procurarse alimento entre las grietas) e incluso aprenden, es la creatividad paradigma del hombre.
Hasta el s.XIX el arte significó “técnica”, artesanía, mas vinculada a la estética, a la contemplación de los cánones de belleza, de lo sublime. No será hasta las vanguardias cuando el artista adquiera la capacidad de innovar, de crear, de participar activamente en la creación de una nueva imagen del mundo que nos rodea. Hoy se habla de las bases biológicas de esa capacidad que saca partido al funcionamiento de nuestro sistema visual.

¿Qué necesita el hombre para usar la creatividad como forma de conocimiento?
Pues motivación, persevarancia, flexibilidad mental (tener siempre abiertos los problemas esperando la inspiración que los anglosajones dicen llega con las tres “b” (bed, bath and bus) –en la cama, en el baño y en elos viajes- y mediante el pensamiento analógico –percibir igual lo diferente- Este tipo de pensamiento es muy útil para la divulgación porque ¿Qué mejor manera de explicar el átomo que con el sistema solar? ¿Y el ADN como molécula en forma de escalera de caracol y pasamanos de azúcar?