lunes, 28 de diciembre de 2009

EL ZORRO Y EL ERIZO


La creatividad es un ingrediente común en las ciencias y en las humanidades. Y mucho de ella han puesto en el libro "Zorros, ciencia, erizos y literatura" , además de originalidad y empeño, David P. Barash (1946), psicólogo y zoólogo, y su hija Nanelle, bióloga. Su apuesta: ofrecer una visión Darwiniana de la literatura con la denominada "crítica biológica". Los autores vienen a decir que las grandes obras de la literatura nos subyugan y merecen tal distinción por ofrecer historias biologicamente verosímiles. Se afanan en recolectar y describir las pulsiones humanas de los personajes literarios y, mediante un razonamiento inductivo la mayoría de las veces, o por analogías -razonamiento deductivo- en otras , se dedican a hipotetizar sobre biología evolutiva decantándose, mayoritariamente, por la selección sexual. Nos hablan de Hipergamia en "Orgullo y Prejuicio", de Jeane Austen. Es la hembra quien busca buenos genes, cortesía y riquezas tras elaborados cortejos. En la "selección sexual" se produce un marcado dimorfismo sexual, como en el caso de mamíferos y pájaros - por eso somos capaces de hacer cualquier cosa por sexo: danzas, regalos, cortejos...-. En otro clásico, pero de la literatura chick-lit, en "El diario de Bridget Jones" de Helen Fielding, se ejemplifica esa búsqueda de marido ideal, esa elección de pareja con consecuencias reproductivas. Seguramente las mujeres no sean ni fatales ni angelicales - a pesar de aquella broma " Mi mujer es un Ángel, no tiene sexo"-, pero lo cierto es que existe base biológica para que los hombres sean mas celosos y posesivos que las mujeres. La razón para este doble rasero hacia la infidelidad: que todos los hijos de las mujeres son de ellas, pero no todos los hijos son de sus maridos. ¡Ah! Servidumbres de la fecundación interna. También nos hablan del Sindrome de la Cenicienta. ¿Quién dispensa cuidados a quienes no son sus crias? -se preguntan-.De ello infieren la mayor probabilidad de maltrato de quienes viven con sus padrastros.
Se refieren al Nepotismo, o tendencia a favorecer a los familiares, concebido como altruismo -basado en la reciprocidad del parentesco-.
Quizá el libro sea demasiado pretencioso y padezca de Bovarismo -confunda realidad y fantasía-, pues aunque los humanistas no puedan rechazar la visión objetiva de la ciencia, las cuestiones sobre religión, moral, arte etc... no pueden abordarse por el método científico. Esa consiliencia que predican entre ciencia y literatura ya fue propugnada por S.J. Gould con la metáfora del zorro y el erizo. El zorro -la ciencia- sabe muchas cosas; el erizo -las humanidades- sabe una cosa, pero muy grande. Y es que existen diferencias ricas e inevitables entre ciencias y humanidades - dejemos a éstas con su hermosa subjetividad-, por lo que no debemos caer en la falacia naturalista de Hume. Abstengámonos, pues, de pasar de los hechos a los valores, del indicativo así es al imperativo así debe ser.

lunes, 21 de diciembre de 2009

INSECTOS SOCIALES




Siempre me ha fascinado la organización social de estos insectos tan pródigos (interesan también por razones económicas, como la producción de miel), tan numerosos (el peso de las hormigas que habitan el planeta iguala al de la humanidad), y tan prodigiosos en su funcionamiento - como un organismo dividido en funciones según las células de distintos sistemas o tejidos, a veces sin control pues ocasionan plagas-.Estos insectos sociales son Himenópteros (avispas, abejas y hormigas) e Isópteros (termitas). Los insectos sociales suponen un 2% de las 900.000 especies conocidas.
Las colonias son superorganismos, estructura intermedia entre organismos y ecosistemas. Un rasgo distintivo de estas sociedades de insectos son las "castas estériles", lo que supone un contratiempo en la tesis de la selección natural. Aunque la Teoría de la Evolución es una propuesta de explicación de los fenómenos biológicos, lo cierto es que la selección natural no explica todas las estructuras biológicas complejas -pese a la opinión de los neodarwinistas-, pues no todas las innovaciones en biología se han efectuado por este mecanismo (en microevolución tenemos ejemplos de mutaciones, "drifts", migraciones etc...). Lynn Margulis visitó Burgos el 30 de octubre de 2008 y nos explicó la simbiosis, un ejemplo de innovación, distinta a la selección natural, para formar células eucariotas. Se trataría de una selección por módulos biológicos,no únicamente por genes o ladrillos, sino por módulos o habitaciones completas como simbiosis, duplicaciones, polaridad...(nos dice Javier Sampedro en "Deconstruyendo a Darwin").
La explicación Darwiniana a ese supuesto altruismo, "Kin selection" o selección de linaje se debe a William D. Hamilton quien, en 1964, propuso que se puede contribuir a la aportación genética de las siguientes generaciones favoreciendo la reproducción de parientes. En este caso se favorecería a las hermanas, con las que comparten 3/4 de parentesco genético - o probabilidad de compartir alelos-, frente a 1/2 de parentesco genético con sus hijos si las obreras se decidieran a reproducir (en sistemas diploides como el humano, la similitud genética entre padres, hijos y hermanos es de 1/2). Este hecho se conoce como haplodiploidía, mecanismo por el que las hembras ponedoras de huevos deciden o bien no aparearse -en cuyo caso tendrán machos haploides con un juego de genes de la madre-, o bien aparearse -en cuyo caso tendrán hembras diploides, con dos juegos de genes, 1/2 del padre y 1/2 de la madre-. Este supuesto "egoismo " inteligente del gen sería válido hasta alcanzar colonias con razón de feminidad 3/1. ¡Claro! Siempre se corre el riesgo de "obreras egoistas", que intenten reproducirse, aunque parece que existe un sistema de obreras policía que tratarían de impedirlo. Para Edward O. Wilson, ganador del Pulitzer en 1991 con "The Ants", las colonias serían fábricas dentro de fortalezas. Si se daña un nido, numerosas obreras acuden a repararlo (selección natural dentro de la colonia); pero parece mas verosimil la selección entre colonias (colonias con obreras reparadoras sobrevivirán mejor que colonias sin obreras reparadoras). Este incremento de la eficacia biológica según una jerarquía de procesos evolutivos (individuos, grupos, poblaciones...) se ha denominado teoría de selección multinivel. Y par terminar con el lenguaje enunciativo endulzo esta carta con una imagen, el abejaruco, la mas bella de las amenazas de la colmena. (La fotografía del abejaruco en el Arlanza es una cortesía de Luis Daniel García del Pozo)

viernes, 18 de diciembre de 2009

MEDICINA EVOLUTIVA



Nada sabemos del origen de la vida pero el Hombre, al igual que el resto de organismos, es el resultado de procesos evolutivos, de presiones selectivas en nuestros ancestros -desde aquél único ancestro común y primitivo que constituye la idea básica de la Biología moderna-. Hasta este momento, la Medicina ha olvidado el ¿por qué? evolutivo de la biología humana focalizando su atención en las causas próximas o fisico-químicas de la enfermedad (Biología funcional).Aunque desde la perspectiva de los genes no hay razón sobre por qué la selección natural debería producir salud, bienestar o felicidad en el Hombre. La salud es un medio para la vida, no un fin. Desde otra perspectiva, la Biología evolutiva explicaría la causalidad de los fenómenos vivos, de cómo los organismos llegan a ser como son. La Epidemiología evolutiva se encargaría de la emergencia y reemergencia de enfermedades, de cambios en la letalidad, de las interacciones huesped-parásito...
La Medicina evolutiva (Darwinista) es una ciencia básica que estudia la enfermedad en el contexto de la evolución biológica, que busca una aproximación objetiva a los estudios sobre salud - enfermedad, pues según el díctum de Theodosius Dobzhansky "nada en biología tiene sentido excepto a la luz de la evolución".
La revisión de la literatura científica aborda la Medicina Darwinista en torno a tres categorías: su importancia como explicación de la enfermedad, su utilidad en la prevención y en el diseño de nuevos fármacos, y en las dificultades de su enseñanza.Según el principio de la selección natural nos parecería que fuésemos máquinas perfectas de supervivencia. Pero...¿por qué enfermamos? El clásico trabajo de Nesse & Williams Why We Get Sick?: The New Science of Darwinian Medicine (1994)nos da las pistas:
a)No existe un diseño perfecto. Aunque admiremos la aparente perfección del ojo humano pronto evidenciaremos un error de diseño, una improvisación -la retina se interrumpe para formar el nervio óptico que conecta las imágenes con el cerebro-. El bipedismo nos ocasiona problemas en el parto; el diseño de la faringe y de la laringe nos imposibilita comer y reir a la vez; el apéndice aparece como un vestigio digestivo de nuestros ancestros; y el conducto deferente, que conecta en bucle los testículos con el pene, responde a la primigenia posición de las gónadas junto a los riñones. La criptorquídia (testículo en ascensor) encontraría en este acápite su explicación.
b)Anemia de células Falciformes: los polimorfismos -variantes alélicas ocasionadas por mutaciones en las células germinales- se mantienen gracias a esa ventaja de los heterocigotos -presencia del alelo HbAS- para defenderse de la malaria (paludismo). De la misma manera, la Hemocromatosis se presenta como estrategia de aumento de las reservas de hierro. Este hecho se conoce como "pleiotropismo antagónico".
c) Enfermedades cardiovasculares, diabetes, obesidad, estrés... Consecuencia de nuestros "genes ahorradores" que tienen muy próximo el Paleolítico, por lo que se produce un desajuste entre el hombre cazador de la sabana y el hombre diplomático de nuestros días.
d) "Detectores de humo": aún a riesgo de falsas alarmas . Fiebre, vómito de la embarazada, tos, diarrea...signos y síntomas que representarían un mecanismo de defensa del huesped en esa coevolución huesped-parásito.
e) Resistencia a los antibióticos. Es la demostración clásica de la selección natural mediante la cual los organismos con periodos intergeneracionales cortos ofrecen respuestas adaptativas rápidas y heredables. Ambiente (estilos de vida, exposiciones a fármacos etc...) y Genética interaccionan. Esta información podrá utilizarse para desarrollar nuevos medicamentos para enfermedades infecciosas, degenerativas o contra el cancer. (En muchas ocasiones será mas fácil cambiar el ambiente que la genética).
Este escenario presenta la enfermedad como inevitable, por acumulación de vulnerabilidades o por la coevolución huésped-parásito.
Por otra parte también parece inevitable la enseñanza de la Medicina Darwinista como disciplina en auge, aunque las dificultades se presentan en la falta de formadores y en las controversias ideológicas o religiosas que genera esta enseñanza. En España esta circunstancia se evidenció en 1971 en un programa de TVE, Planeta Azul. El Dr. Félix Rodriguez de la Fuente fue censurado por su "mente acalorada": nos hablaba de evolución.

viernes, 4 de diciembre de 2009

VACUNAS. El Ministerio de Defensa



Tradicionalmente el lenguaje médico se sirve de recursos literarios, como la metáfora, para comunicar o facilitar la transmisión de ideas. Y una de esas metáforas, apropiada para explicar la tan necesaria como estrecha convivencia entre las diferentes células de nuestro cuerpo, es la belicista. Nuestro Sistema Inmune es un sistema defensivo frente a agresiones externas, como las producidas por los agentes infecciosos, y frente a hipotéticos desertores, como los responsables de las enfermedades autoinmunes. En otro "post" nos referimos a la base biológica del lenguaje, a ese Ministerio de Cultura del Hombre que radica en el cromosoma 7. Hoy parece inevitable hablar del Ministerio de Defensa, de nuestro Sistema Inmune, gobernado desde el brazo corto del cromosoma 6. Allí radica ese "Cuerpo Mayor del Ejército", el llamado Complejo Mayor de Histocompatibilidad (HMC, que produce moléculas de clases I,II y III, responsables de atacar y responder frente a antígenos).
Pero... ¿dónde está el órgano del Sistema Inmune? Existen unos órganos primarios, encargados de la linfopoyesis -producción de células defensivas en la médula ósea y el timo - y unos órganos secundarios que hospedan estas células -bazo, gánglios, tejido linfático...-. El Sistema proporciona una Inmunidad Inespecífica o innata que no hay que menospreciar pues esa población civil se enfrenta en primera línea de combate a los agresores (eosinófilos frente a parásitos, interferón etc.... Por otra parte, existe una Inmunidad Específica o Adaptativa compuesta por un ejército aéreo de reconocimiento, las llamadas células presentadoras de antígenos (APC)que dejan paso a la Infantería de Marina - la Inmunidad Humoral que nos inunda con Inmunoglobulinas- y a la Infantería de Tierra - la Inmunidad Celular, encargada de responder a las agresiones externas y endógenas con toda suerte de armamento: linfoquinas, interleukinas...-.
El pasado 2 de dicembre asistí en Madrid a una jornada organizada por el Instituto de Salud Carlos III y el International Vaccine Institute. El Dr. Czerkinsky nos habló de las mucosas -componentes del Sistema Inmune-. Todo un auténtico campo de batalla -de superficie equiparable a un campo de tenis que estuviera enmoquetado de mucosas de ojos, nasales, genitales...- donde se enfrentan los tres ejércitos y que se propugna como nueva ruta de administración de vacunas. Este año se han registrado 6 vacunas orales y dos nasales. Las vacunas cuentan con más de dos siglos de experiencia en Medicina desde que Edward Jenner observara que la viruela de las vacas (cow-pox) inmunizaba contra la viruela humana. Desde entonces, las vacunas se han constituido en las armas -nunca mejor dicho- más eficaces y rentables de la Salud Pública. Sucesivas generaciones de antígenos, sustancias vivas o inactivadas, son capaces de producir respuestas inmunes. Gracias a la Genómica, nuevas generaciones de vacunas recombinantes -frente al virus de la Hepatitis B o al del Papilomavirus- son capaces de prevenir estas causas necesarias del cáncer de hígado y del cuello de útero. Es más, ya no solamente hablamos de vacunas preventivas sino que existen vacunas terapéuticas, como las vacunas anti-antiidiotipo, capaces de producir anticuerpos que neutralizarán, a su vez, a los anticuerpos ocasionados como respuesta a enfermedades autoinmunes -con respuesta en forma de autoagresiones por no reconocimiento a nuestras estructuras-.
Y desde su mismo origen las vacunas no han podido evitar las controversias. Kant habló de "inocular la bestialidad", pero en momentos de crisis de Salud Pública, como la actual pandemia de gripe, es preciso huir del sensacionalismo y de la irracionalidad. Es más necesario que nunca reivindicar el quehacer científico del médico en una medicina del siglo XXI guiada por los desarrollos de la biotecnología. También será una exigencia un mayor diálogo entre ciudadanos y científicos ya que la ciencia determina nuestras vidas. Es la hora del Humanismo Tecnológico, de esa llamada tercera cultura de J.P. Snow.