jueves, 12 de noviembre de 2009

CHIRRIANTES GOLONDRINAS



Cayo Valerio Cátulo, en sus doctos epigramas, nos habla del Chotacabras, esa enigmática ave crepuscular, más grande que un mirlo, de vista nocturna como la lechuza, y que por las noches saborea la leche de los establos. Tiene grandes ojos negros, cola larga y cabeza aplastada. Perdura esta creencia -equivocada- quizá por presentar una enorme boca -es un ave insectívora-, o por esas vibrisas o cerdas que tiene en la base del pico y que le hacen desagradable a muchas personas. Su nombre científico es Caprimulgus ruficollis. También se le conoce como "Engañapastor". Es un ave migrante que llega a nuestro país hacia el mes de abril y anida en el suelo. En el blog amigo Aves del Arlanza se señalan avistamientos en Quintanilla del Agua. Sabemos que la migración es un fenómeno natural, tanto en las personas como en los animales. Ahí tenemos a los emigrantes que viven en nuestro pueblo, con el único equipaje de los sueños y el futuro de sus hijos - como las golondrinas- en busca de casa, calor y trabajo. El citado blog también habla de avistamientos de otras aves migrantes, de la golondrina dáurica, que recientemente ha colonizado nuestro país y ha anidado en Quintanilla del Agua. Como yo también emigro, a mediados de septiembre atravesé Ura en mi tradicional excursión de fin del verano -mejor debería decir incursión-. Sí, paisaje místico que parece adentrarse en la garganta del Mataviejas, custodiado por la atenta mirada de buitres leonados; allí, posados, como centinelas, en las quebradas cuestas.
En Quintanilla hay doctos ornitólogos y excelentes aficionados a los pájaros. Ambos se conocen a la perfección las especies. Ese día, como buén aficionado, equipado de mochila y prismáticos, parecía un auténtico inglés oteando el sendero en busca de pájaros. A propósito del inglés... se atribuye a Carlos V aquella definición -invadida de tópicos- sobre el lenguaje que afirma: "el francés se ha hecho para hablar con las damas, el español con Dios y con los soldados, el italiano con los ángeles, el inglés con los pájaros, y el alemán con los caballos." Por el sendero aviones roqueros -sedentarios- lanzaban navajazos y puntadas al aire en sus alardes acrobáticos. Al volver a casa merodeaba una mariposa Chupaleche (Iphiclides podalirius) con su color atigrado y sus escarapelas al viento que se confundía con un cometa. ¡Ahhh...! En el Arlanza se hablan todos los idiomas.

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