miércoles, 5 de octubre de 2016

LA SALUD EN NÚMEROS

Los números constituyen un lenguaje universal en todas las culturas. Pero no ocurre lo mismo con otras realidades complejas, de definir y de medir, como la salud. En principio se definió como un número entero negativo, pues únicamente se hacía hincapié en los aspectos de la enfermedad. Pero no fue hasta 1948 cuando la OMS, pecando de utopía, la consideró como una variable cualitativa: "Estado de completo bienestar..." ¡Vamos, que vino a decir que o se tenía o no! Y, además, si se tenía lo era como un objetivo a alcanzar de forma real e infinita -como los números irracionales-, cuando en realidad es un medio para conseguir otros objetivos más humanos como el bienestar, la paz etc... Después, como número real, se consideró la salud en forma de número racional: debía medirse como una variable cuantitativa continua, pues cabía la posibilidad de ganar o perder la salud en números fraccionarios (¡He perdido la mitad de la salud!). Y, por último, sabemos que no podemos medirla en términos absolutos ya que la salud es relativa a la cultura y condiciones de vida de las sociedades (sickness). Hoy se considera la salud desde una perspectiva holista, como una ecuación con ella de variable dependiente y cuatro variables independientes: estilos de vida (que aportan 1/3 a la salud), ambiente (se responsabiliza de otro tercio), genética (aporta 1/7) y el propio sistema sanitario cuya influencia se cifra en un quinto de nuestra salud.