martes, 7 de febrero de 2012

KATMANDÚ: UN ESPEJO EN EL CIELO



El pasado jueves dos de febrero, la comunidad educativa de Burgos ha tenido otra oportunidad de disfrutar de una “premier” gracias al esfuerzo y al entusiasmo de quien ya consideramos nuestra maestra Julita Fernández, de ese proyecto de ensueño sobre cine y educación. Nos encontramos, de nuevo, ante otra película de Iciar Bollaín :”Katmandú, un espejo en el cielo”, de una directora con profunda sensibilidad social que no se resigna a las iniquidades de este mundo.

La película nos habla de muchas cosas: de educación sí, pero también de desigualdades, de pobreza, de tradición, de religión, de castas, de relaciones entre sexos, de tolerancia, corrupción... A mi me ha parecido un documental de gran belleza plástica que aborda temas sociales tan diferentes y difíciles, temas tan sensibles que corren el peligro de caer en el cliché o en el tópico porque, por ejemplo, no cabe únicamente analizar la situación de un país como Nepal desde las influencias de China (papel de un estado fuerte) o de India (influencia económica); o, de otra forma, en estos temas tampoco caben las ideologías izquierdas (se apropiaron de ideas fuerza como igualdad y ahora solidaridad) ó derechas (asociadas al liberalismo y el individualismo).

A mi juicio la aventura y el proyecto de Laia, la actriz que representa a la maestra catalana, lo que trata es hacernos reflexionar y motivar, como ciudadanos, sobre la conquista de un derecho -para no caer en la falacia naturalista de confundir el “deber ser con el ser”, pues los derechos no existen en la naturaleza, se conquistan-; derechos como la educación, que abren la puerta a otros derechos.

Sobre la igualdad cabe apuntar que es una quimera, algo imposible -como ocurre en biología-, por lo que se trataría de considerarla mas bien un medio que un fin. Igualdad de oportunidades para el acceso a una educación universal como derecho de desarrollo personal. Y mas que igualdad lo que se ve en todos los países es diversidad, pueblos nómadas, con otras religiones, lenguas… como el marido de Laia y su amiga Sharmila, que le dan una lección de realismo a esta maestra abnegada e individualista que llega con la misión altruista de arreglar el mundo, que les dice a las madres de las chabolas que si sus hijos no estudian únicamente podrán cargar arena.

Sobre el altruismo y la solidaridad entiendo que la maestra, como una Quijote, llega dispuesta a castigar agravios, enderezar entuertos y amparar doncellas. Hasta se casa por conveniencia y, aunque la historia acabe en un drama, la mayor recompensa de Laia será rescatar de los infiernos de la esclavitud sexual a una de sus alumnas.
Respecto del papel de la sociedad civil y de las Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) me llamó la atención la escena, quizá por el laicismo militante actual en Europa, en la que se critica a la Iglesia (hoy perseguida en la India) cuando una monja impide a una niña ir al patio a cantar con las demás. Y es que muchas ONGs no están exentas de crítica ya que muchas son gubernamentales, subvencionadas y utilizadas por las administraciones y convertidas en mercado, pues aunque resulta paradójico siempre nos enorgullecemos de las ONGs y aborrecemos la política exterior de nuestros países.

La educación, además de conocimientos conlleva un discurso moral. Quizá Laia deja en Nepal su compromiso personal, ofrece su proyecto pedagógico pero, en este viaje personal, también ella se beneficia y aprende valores, como los de su marido (el cuidado de la familia), los de su amiga Sharmila (la tradición), los de las madres que sentencian aquello de que “si nuestros hijos no trabajan no comen”. En las sociedades tradicionales la mujer se lleva la peor parte, pero no podemos caer en un relativismo mediante el que pensemos que vivimos en un infierno moral. Debemos entendernos y cooperar.

Por último me parece un hecho destacable de la película la enseñanza en inglés, en ese intento por dar “luz”, por ofrecer a los niños una vida plena y civilizada. A mi juicio hoy, cuando todos los estados son multiculturales y multiétnicos, enseñar en inglés se convierte en una esperanza para el desarrollo personal. Si en España, donde se hablan cuatro lenguas, muchos nacionalistas se empeñan en el conflicto, que dicen inevitable, entre esas lenguas periféricas y la oficial, a pesar del acuerdo constitucional de su uso..., ¿que pasaría en Nepal con cientos de castas y dialectos?

En resumen, una idea humilde que podemos transmitir después de saborear la película puede ser la de que los pueblos necesitan ayuda pero para poder decidir sobre su propio destino. Que debemos enjuiciar el presente, pero el futuro está por hacer (Nepal aún padece un 40% de analfabetismo, aunque ha conseguido escolarizar al 90% de los niños). Unos pensarán en la necesidad de un estado fuerte, paternalista (Hobbesiano), otros, un estado más utilitarista, liberal, en la búsqueda de una educación accesible, aceptable y adaptable. Porque la causa mas importante de no escolarización es la guerra como la que ha sufrido Nepal. Katmandú, un espejo para la esperanza.

2 comentarios:

  1. ¡Me has dejado impresionada con tu valoración, José Luis!
    Tu profundo análisis de la situación en Nepal, de los comportamientos de Laia... nos van a servir en el trabajo de aula como puntos de partida; por ejemplo, "los derechos no existen en la naturaleza, se conquistan".
    Te pasaré el enlace cuando lo publique.
    Muchas gracias por asistir a la invitación, muchas gracias por todo lo que nos enriqueces, muchas gracias por ser así.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Después de debatir y reflexionar sobre los derechos humanos en hora de Ciudadanía, decidimos grabar un vídeo con nuestras ideas.
    Te dejo el enlace por si quieres verlo:
    http://alumnosprimaria.blogspot.com/2012/02/debate-solidario-con-nepal.html
    Un abrazo

    ResponderEliminar