miércoles, 5 de octubre de 2011

VIRUS: El bueno, el feo y el malo.





La Evolución parece comportarse como aquel “Spaghetti Western” que dirigió Sergio Leone por las tierras del Arlanza allá por 1966, con Clint Eastwood de protagonista junto a otros buscadores de tesoros. Pero en este caso la recompensa es maximizar las señales que transmiten los seres vivos. Y esta maximización se realiza mediante tres estrategias: la honestidad –diríamos que el papel del bueno, directamente-; el hándicap –diríamos que representa el papel del feo, o del “chulito”, como ese pavo real que anuncia buenos genes con sus numerosos ocelos, aún exponiéndose a los depredadores-; y, por último, mediante la manipulación - ese papel de malo, de matón, mediante el engaño o la persuasión, que utilizan numerosas especies.
Existen ejemplos numerosos de la última estrategia: las orquídeas, que engañan al abejorro con feromonas a cambio de la polinización; o bien el búho enano o las mariposas que lucen ocelos vigilantes en la espalda; o esos movimientos del pájaro “tuercecuellos”, que simulan una serpiente y le sirven como estrategia defensiva; o aquel halcón que vuela entre buitres para camuflarse... En fin, una carrera armamentística entre depredador y presa, unos cambios en la morfología y comportamiento de unos seres para obtener una ventaja y engañar así al receptor de la señal.
Pero si existen instigadores por excelencia que inciten a la Evolución, esos son los VIRUS, paradigma de la diversidad genética –mutan a gran velocidad o intercambian información, como los virus de la gripe-. Además sirven como carteros o transportadores de información genética, en ocasiones novedosa entre organismos.
Por ejemplo, la toxina del bacilo “Vibrio cholerae” deriva de un bacteriófago CTXf (virus que infectan bacterias), que facilita la propagación de la bacteria gracias a que ocasiona diarrea.
Sabemos que los retrovirus, como el VIH, causan inmunosupresión, pero otros retrovirus introdujeron un gen en el aparato reproductor de los mamíferos que sirve para atenuar el sistema inmune durante el embarazo y evitar el rechazo del feto. En el caso de la “Avispa bracónida” gracias a un poliDNAvirus que coloniza en sus ovarios puede poner sus huevos - sin ser detectados ni rechazados- en una oruga que, posteriormente, le servirá de alimento.
Los virus se convierten, así, en la forma de vida más importante de nuestro planeta.
¿Recuerdan los cigarros que se fumaba Clint Eastwood en este “Spaghetti”? Pues viene a cuento porque el primer virus conocido fue descrito por Ivanovsky en 1892; se trataba del virus mosaico del tabaco (TMV), que ataca a las solanáceas.
Muchos de los problemas de Salud Pública que nos afectan tiene como protagonistas a los virus (Poliomielitis, Viruela –primera enfermedad erradicada mediante vacunación-, Fiebre Amarilla, SIDA, Gripe…). Hemos avanzado mucho en el diagnóstico de estas enfermedades (técnica de PCR), en la prevención (vacunas del Papilomavirus, Hepatitis, Poliomielitis, Gripe, Triple vírica…) y en el tratamiento (antirretrovirales, Oseltamivir en la gripe…). Agentes que nos necesitan y en ocasiones necesitamos, pues pueden ser buenos, feos y malos.

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