lunes, 24 de octubre de 2011

EPIDEMIA DE SARAMPIÓN EN LERMA Y SUS AGREGADOS EN 1904




Cuando en los años sesenta uno de los hermanos era invadido de sarampión (sirimpio, erupción), se imponía ser solidario y dormir juntos en la misma habitación para así infectarse todos. Se trataba de compartir esta experiencia inmunológica ya que la enfermedad es mas grave en el adulto y deja inmunidad duradera. Ludwig Panum fue el autor que estudió la mortalidad por una epidemia de sarampión en las Islas Feroe (Islas de los corderos, Dinamarca) en 1846. Se trata de una obra clásica que nos da cuenta de cómo se afectaron 6000 de los 7800 habitantes (los menores de 65 años). El autor estimó una mortalidad de, al menos, el 3,3% de los afectados.
Sin ir tan lejos, y sin la consideración de clásico, el Dr. Eulogio Ruiz Casaviella nos describe la mortalidad por sarampión en Lerma y sus agregados en 1904. Aquel año declaró 500 casos, de los que fallecieron 24 (4,8% de mortalidad). Nos cuenta: “… la epidemia de sarampión, que hacía mucho tiempo tenía invadidos los pueblos de Presencio, Santa María del Campo y Villahoz, se extendió a la Granja Villahizán y el Verdugal. De aquí una familia la llevó a Villalmanzo en abril de 1904. La familia de Bruno Miguel, que vivía en Villalmanzo se trasladó al pueblo de Santillán y, a los ocho días de llegar, el 27 de junio, se presentó sarampión en uno de sus hijos propagándose con rapidez. En el barrio de Vista Alegre, en la casa vecina, se presentó otro caso el día 17 de agosto en la niña de Dámaso Ahedo, falleciendo el día 20 de agosto…”

Ambas descripciones presentan el sarampión como una enfermedad contagiosa que, en la era prevacunal, producía epidemias cada dos o cinco años (excepto en aquellas islas Feroe, que no habían sido visitadas por el sarampión desde hacía mas de cincuenta años), con un periodo de incubación de entre 7-18 días y que confería inmunidad de por vida.

El sarampión está ocasionado por un virus RNA de una hebra en sentido negativo, de la familia Paramyxoviridae y Género Morbilli, que únicamente afecta a humanos, mas grave en lactantes y adultos. El virus se cree que evolucionó de un virus animal, pues se parece al virus vacuno rinderpest y necesita un hábitat urbano (más de 200.000 personas, ciudades que aparecieron hace 3000 años en Egipto) para sobrevivir, ya que no tiene reservorio animal.

La enfermedad, muy contagiosa a través de aerosoles y secrecciones, produce exantema generalizado y fiebre mayor de 38 grados con, al menos, uno de los siguientes signos y síntomas: conjuntivitis, tos y manchas blancoazuladas en la boca (Koplik). Puede complicarse con otitis, neumonía y encefalitis (el virus invade las células dendríticas y disminuye la inmunidad celular). La infectividad se produce desde 4 días antes a cuatro después del exantema.

Desde 1983 se generalizó en España una vacuna segura y efectiva, la triple vírica (TV) frente a sarampión, parotiditis y rubéola (MMR en inglés, measles, mumps, rubella).
Actualmente, todo caso sospechoso es de declaración urgente

En la etapa postvacunal podemos comprobar cómo la mortalidad ha disminuido más de cien veces (desde aquel 3,3 % de las Islas Feroe, o el 4,8% del brote de Lerma), hasta las cifras actuales, pues ha emergido en Europa. Hasta octubre de 2011 se han declarado en Europa 28000 casos confirmados (1.800 en España), con 8 fallecidos (0,03% de mortalidad) y 24 casos de encefalitis (aproximadamente uno cada mil casos, pues se cree que antígenos del virus se parecen a la mielina y ocasionan enfermedad autoinmune). En España, el 85% de los casos no habían recibido ninguna dosis de vacuna. Los afectados o no estaban vacunados, o bien porque eran menores de 15 meses, o únicamente estaban vacunados con una dosis. La etnia gitana ha protagonizado en nuestro medio un papel importante en los brotes y en la difusión de esta enfermedad que, gracias a la vacunación, ha disminuido en Europa un 99% su incidencia, por lo que se hace necesaria la vacunación de poblaciones susceptibles.

Y, como decíamos en "post" anterior, este virus también tiene su lado bueno: se está ensayando la reprogramación del virus del sarampión para utilizarse como virus oncolítico. Se trataría de infectar las células tumorales a traves de la proteína H del virus y, posteriormente, ocasionar la muerte de estas células a través de la proteina F. (Esto ya se está consiguiendo con el "OncoVex", un virus herpes que infecta y mata células del melanoma.)

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