martes, 21 de septiembre de 2010

LA GRIPE. ¿QUIÉN PAGA EL PATO?




El virus de la gripe se considera el agente con mayor potencial epidémico para afectar a los humanos por su transmisibilidad, virulencia y peculiar genoma -con enormes posibilidades de variabilidad antigénica- que le permite eludir la inmunidad de la población. Además, existe un amplio reservorio en la naturaleza, fundamentalmente en aves palmípedas.
Se comprende, entonces, la inquietud generada el pasado 11 de junio de 2009 cuando al OMS declaró alerta 6 o situación pandémica, afortunadamente, de moderada severidad.
Un año después, finalizada la pandemia -10 de agosto de 2010-, esperamos que la transición del virus H1N1 hacia un virus estacional no nos depare sorpresas pues, aunque impredecible, se espera continúe circulando esta estación y afectando a edades jóvenes con la posibilidad, en algún caso, de provocar formas clínicas graves. De ahí que se preconice extremar la vigilancia epidemiológica y la vacunación.

Y en este escenario del mundo se ha acusado a la OMS de haber protagonizado una farsa; vamos, de haber exagerado la amenaza. Pero...
¿Quiénes son los personajes de este teatro épico?

Desde la distancia necesaria para una conciencia crítica -ésto le haría feliz a B. Brecht-, los personajes son: los técnicos, que evaluamos los riesgos siempre de manera crítica y provisional; los políticos, encargados de gestionar esos riesgos y de tomar decisiones correctas, y la prensa, como intermediaria en esa responsabilidad de transmitir información científica a la opinión pública.

Aunque el mundo de la ciencia no está libre de comportamientos deshonestos, han sido legión los militantes lamentándose de la industria, de esa codicia que parece gobernar el mundo, la OMS y la sociedad. Los radicales, como nuevos luditas, enarbolan la bandera romántica contra la ciencia -por globalizada- y contra ese hombre moderno inteligente pero malvado.
Pero esta postura es cientificamente equivocada e historicamente incorrecta -se dudó hasta de que existiera el nuevo virus, de la definición de la pandemia, de la composición de los comités de emergencia...- Diferentes medios de prensa y algunos políticos se lamentaban con aquello de "ya lo decíamos..." -sin duda, ¡qué fácil es predecir el pasado!
Entonces... ¿Quién pagará el pato?
Pues el ciudadano con su desconfianza en los programas de vacunación.
Pero, tratándose de la gripe, más que de una farsa, cabe la posibilidad de que ésto solo haya sido un interludio, un sainete.

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