
miércoles, 10 de abril de 2019
Dr. ADOLFO GARCÍA SASTRE. PROFETA EN SU TIERRA

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miércoles, 10 de octubre de 2018
CARMELO RUIZ COSÍN. HUELLA DE LA EPIDEMIOLOGÍA EN CASTILLA Y LEÓN

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martes, 4 de septiembre de 2018
FUTBOL SOLIDARIO. UN EQUIPO DE PRIMERA EN ETIOPÍA


miércoles, 17 de enero de 2018
HOMENAJE A LA DOCTORA CHARO EN SAN JUAN DEL MONTE
EL RINCÓN DE CHARO
¡El tiempo cura! Mmmmm…. No sé… ¡Quien de verdad curaba y se entregaba a sus pacientes era Charo!
Al menos el tiempo es un buen autor, pues encuentra finales felices -debieron pensar su hijo y Germán, su esposo-. La jornada del sábado 14 de octubre de 2017 en San Juan del Monte debió llenarles de alegría e íntima satisfacción al saber que los servicios que la Doctora Charo había prestado a sus pacientes, con entusiasmo y desvelos, se veían correspondidos por los vecinos con un singular jardín, umbrío y recoleto, que lleva su nombre: “El rincón de Charo”. Con un sol radiante y ambiente cálido, las gentes de San Juan, francos y cordiales, me confesaron la hospitalidad, la vocación, la entrega y la humanidad que signaron el ejercicio profesional de la Doctora Charo.
La más discreta cualidad, pero la más grande, con que la naturaleza favoreció a Charo fue su humildad y el amor a la familia –dijo su hermano, el sacerdote oficiante, quien pidió una oración por ella a los asistentes a la Eucaristía-.
Y en aquel rincón de la provincia, hombres recios, de piel atezada como Félix, me confesaron que Charo había sido una bendición cuando atendió a sus familiares; vamos, una samaritana para los vecinos, merecedora sin duda de aquel riguroso y cabal acontecimiento al que asistimos familiares, vecinos, amigos y colegas.
Y el reloj sombrío que mide indiferente las horas tristes con su tic tac metálico se había parado para siempre. Ni acerbo ni punzante –diría nuestro poeta y colega Carlos de las Heras- no hay un solo adjetivo que mitigue la ausencia de Charo. No, el tiempo no cura, pero sabemos que cuando el reloj se detiene, para quienes aman, el tiempo es eternidad. Charo estará siempre en nuestra memoria.
jueves, 28 de septiembre de 2017
MANUEL GALIANA, QUIJOTE DEL ARLANZA. Arte y Artesanía (Art and Crafts)
Arte o ciencia, alma o cuerpo… Un primo de mi abuelo, benedictino en Silos, el padre Timoteo, decía que la Iglesia prefiere, como es natural, el alma al cuerpo y el cielo a la tierra, pero que el Señor Soberano tenía a gala apellidarse Dios de las ciencias: Deus scientiarum Dominus est. La ciencia y el arte tienen variadas relaciones pues ambas buscan nuevas visiones de las cosas, hacer visible el mundo existente, la universalidad del pensamiento… Es lo pretendido por científicos y artistas.
Y una tarde de este mes de julio, Manuel Galiana, un actor fantástico, un artista, llegó a Territorio Artlanza, en Quintanilla del Agua, acompañado de su esposa a recoger su premio Quijote del Arlanza 2017, y nos enamoró el alma. Entre morcillas, chuletas y vino, nos regaló a mi hermano Félix, al Duende de Lerma y a nuestros familiares una velada inolvidable. Me pareció un hombre feliz. También un hombre querido y que pronto había adivinado que su vida era la aventura, el placer de la interpretación, la imaginación. Vamos, que había nacido para ser artista y que el teatro lo eligió a él. Que persiguió sus sueños desde el Instituto San Isidro de Madrid y que fue Chicho quien le dio la oportunidad de poder vivir de aquellos sueños. Hablamos de cine, de Garci, de su maestro Antonio Ayora, de José Luis Coll, de monologuistas como el Brujo, de teatro y Estudio 1 (cómo no), y de escenas de matrimonio ¡Ay la televisión! Ahora tiene un teatro en Embajadores, Estudio 2, donde enseña y también sigue interpretando. En fin, que nos dijo que en Territorio Artlanza hay algo sobrenatural, un alma, y que Félix era un elegido por la divinidad a quien hay que cuidar.Arte, alma, artesanía... Una tarde para no olvidar.
Gracias porque con tu visita a este humilde pueblo, a Territorio Artlanza, nos demostraste ser un gran artista y un buen hombre que merece ser nuestro embajador.
viernes, 27 de enero de 2017
LOS NÚMEROS DE LA NATURALEZA

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viernes, 25 de noviembre de 2016
MARGARITA SALAS FALGUERAS y MARÍA BLASCO MARHUENDA: Talentos Bioquímicas en Burgos.
Por los avatares de la vida la embajadora de la bioquímica española, la asturiana Margarita Salas, conoció a Severo Ochoa (1905-1993) un verano en Gijón. Aquél “efecto Mateo” acabó determinando su dedicación a la bioquímica y su posterior estancia de cuatro años en el laboratorio del que fuera Nóbel de Medicina en 1959 en la Universidad de Nueva York. Merton en 1968 y Bunge hablaron de este efecto en los científicos avisando de que había un sesgo de publicación a favor de los investigadores más conocidos. Pero lo cierto es que la parábola de los talentos de San Mateo nos ha regalado este talento de la Bioquímica que estuvo en la Universidad de Burgos el pasado 4 de noviembre repasando la Historia de la disciplina. La investigadora, miembro de la Real Academia Española de la Lengua es quien mejor conoce las letras de la vida. Hizo suyas las palabras de otro biólogo, Jacques L. Monod, nobel de Medicina en 1965 quien dijo que estas letra valen igual para una Escherichia coli que para un elefante. La investigadora es autora de la patente más rentable en España, la de un bacteriófago (virus que infecta bacterias) de tan sólo 20 genes. Nos habló de las técnicas CRISPR de edición génica, en la que un español, Francisco Juan Martinez Mójica está destacando en el estudio de secuencias que previenen infecciones víricas.
Y, recientemente, el Foro de la Cultura trajo a Burgos a otra bioquímica talentosa, María Blasco, directora del CENIO (Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas). La investigadora nos habló del “health span” o periodo de juventud sin enfermedad, que en la especie humana es de 40 años. También habló de la telomerasa, un gen embrionario que no está activado en las células somáticas y conforme estas células se van haciendo viejas los telómeros de los cromosomas (cubren y protegen la parte final de los cromosomas) se van acortando y disminuye la división celular (mueren o se inactivan) así como la reparación del ADN. En el Parkinson mueren las células que producen L-Dopa y esa es la causa de una de las enfermedades crónicas asociada al envejecimiento. María Blasco está investigando a ratones tratados con telomerasa que alargan sus vidas un 40%. Por otra parte las células cancerosas se vuelven inmortales gracias a que activan la telomerasa. Fue la Nóbel Carol greider quien comenzó estas investigaciones en 1990 y se podría crear un fármaco para inhibir telomerasa en cánceres o bien por epigenética (marcas que no están en los genes pero que afectan a su expresión) podríamos alargar los telómeros y alargar así nuestra vida y por tanto nuestro “health span”.
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