miércoles, 21 de enero de 2015

BURGOS CUENTA EN TEORÍA CUÁNTICA

Si prestan atención les contaré mis impresiones sobre la conferencia que el físico español Dr. Cirac impartió ayer, en el Foro Evolución invitado por la Universidad de Burgos, pues reconozco haberme sentido como el Dr. Gulliver en Lilliput. La última vez que había escuchado a un físico de renombre fue a Stephen Hawking en su visita a la Universidad de Salamanca cuando me encontraba en la ciudad preparándo el MIR en octubre de 1987. El conferenciante fué presentado por el Dr. Rovira y por el Dr. Ballesteros de la Facultad de Ciencias que enmarcó su trayectoria investigadora en el Instituto Max Planck de Munich. Juan Ignacio Cirac ha recibido el premio Wolf de física (la antesala del Nóbel) y ha publicado mas de 400 artículos científicos (tiene un índice H de 69) por lo que imagínense con este número la talla emocional -casi erótica- e intelectual del encuentro pues a pesar de la nieve no cabía un alma en el recinto. Nos habló de la teoría cuántica, vamos de prosa poética, con ya un siglo de antigüedad, y de las propiedades de este mundo de lo pequeño que ofrece posibilidades inimaginables de potencia de cálculo con aplicaciones en la seguridad de las comunicaciones, la encriptación, y en la posibilidad de, además de este delirio computacional, de la teletransportación. El Profesor Cirac trabaja en el desarrollo de computadores cuánticos -de los que ya había hablado el que fuera Nóbel Richard Feynman en 1982- y, de la misma forma que con los bits de los sistemas electrónicos de los computadores convencionales, se trataría de crear QUBITS. Si en un transistor de un ordenador convencional las posiciones que se manejan son 0 y 1, en un ordenador cuántico el transistor (que ya habría sobrepasado ese cuello de botella de minimizar su tamaño) permitiría una tercera posición llamada superposición, que es un 0 y un 1 al mismo tiempo (¿Recuerdan el gato de Schrödinger?). Pero este estado cuántico de las partículas requiere condiciones de aislamiento estrictas y solo dura estable unas horas. Microsoft ya trabaja con electrones atrapados (se trataría de domesticar el mundo microscópico, las partículas subatómicas, en lugar de animales) con aplicaciones que seguramente revolucionarán nuestras vidas. Como siempre, la ciencia se dispone a hacer más amable nuestra existencia.

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