Lo confieso: he celebrado el día de los enamorados.
Sí, como un friki. Impelido por esa necesidad de enseñar cultura científica, de dar luz a las gentes, de explicar el mundo. Porque de amor se trata y no fue San Valentín quien lo dijo, sino Einstein: "al principio todo el conocimiento está puesto en el amor; después, todo el amor está puesto en el conocimiento". También lo dijo Anton Chéjov, quien aseguró que había mas amor al hombre en la electricidad que en la castidad. Así que nuestro día de los enamorados tiene como referente a Minerva, la diosa romana de las ciencias y las artes. Hija de Júpiter es la diosa del conocimiento y de la virtud. La podemos ver en un cuadro de Ignaz Stern (1679-1748) que recién visitó Burgos para posarse en la Casa del Cordón. En el cuadro la diosa posa con las musas de la pintura, la escultura y la arquitectura.
La ciencia es ese camino humilde que nos conduce a una vida mas amable. Pero son los científicos quienes han despertado el interés de la sociedad por esa gran empresa cultural de la humanidad.
Y tengo que hacer otra confesión: que no hay cultura, ni científica ni de la otra; y ya saben que sin ciencia no hay futuro... Si no creen lo que les digo lean lo que me sucedió el pasado domingo. Dos jóvenes turistas me abordaron en el edificio de correos de Burgos con una guía entre las manos. Justo en ese momento se celebraba el cross de San Lesmes y desfilaba ante nosotros un hormiguero colorido de abnegados corredores ahogados en un lago de silencio, roto tan solo por el volteo de zancadas jadeantes. Mi mente estaba disputando la carrera cuando, de sopetón...
- Señor, señor ¿El Mio Cid? - me inquirieron. - ¿Un restaurante? - interpelé
- No, no. Nos han dicho que es interesante ver en Burgos la escultura del Mio Cid.
- Pero... el Mio Cid es un poema y no está en Burgos -exclamé, afanado en dar luz a las gentes-. Me imagino que lo que queréis ver es la estatua del Cid. Allá está, al otro lado del puente. ¿La véis?
Ya puesto en la tarea de ayudar a las gentes a tomar decisiones informadas les sugerí que no dejaran de visitar a otro héroe burgalés, Miguelón -no el ciclista, precisé-, que vivía en una casa de grandes cristaleras que tenían al otro lado de la calle.
Y hablando de héroes; el joven químico Luis Moreno, de la Universidad Complutense de Madrid, visitó el pasado jueves la Universidad de Burgos empeñado en esta misma empresa de divulgar la ciencia. Discípulo de Bernardo Herradón es autor del blog "ehfdquimica". Nos vino a decir que un científico es un apasionado con tres misiones: investigar(desarrollo), enseñar y divulgar (d al cubo). Que lo primero es saber y, después, saber enseñar. Un aviso para aquellos con quienes debemos colaborar: periodistas y pedagogos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario