lunes, 12 de agosto de 2013

FÉLIX YÁÑEZ: UN QUIJOTE DEL ARLANZA

La cultura es hoy en día una idea fuerza del Estado, una teología secularizada, como una gracia sobre "nature"; y es más importante que el dinero, pues da votos. De ahí el dirigismo cultural, que lo hay siempre que existe financiación a pesar de que se revista de aquello de la cultura popular. En paises de nuestro entorno la industria cultural emplea a mas trabajadores que el sector del automóvil. Pero la verdadera cultura popular, aquella sin financiación, es la de soñadores como mi hermano Félix. ¡Qué voy a decir yo! Personas que aspiran a realizar su ensueño, a construir su quimera, a materializar sus ideas. Este es el verdadero Quijotismo de la cultura, esa figura moral universalmente admirada. Félix Yáñez se ha convertido, por derecho propio, en el Quijote del Arlanza; sí, con sus ojos soñadores, con su mente serena y su desbordante fantasía plástica. Dios, el dramaturgo del Mundo, encomendó a Félix el papel de creador y le entregó el don de la fantasía. Y por eso deviene en demiurgo hacedor y crea el "territorio Artlanza". Y este verano ha convocado el "I festival nacional de teatro de cámara territorio Artlanza" que acaba de concluir con éxito de público y de crítica, a juzgar por las lágrimas sentidas de los actores y por los aplausos de un público entregado que agradecía las interpretaciones sinceras de los actores, de estos héroes que únicamente por amor al arte llegaron a Quintanilla del Agua y se auparon al proscenio del corral de comedias Felipe Segundo. Y como colofón al festival ha instituido el I premio "Quijote del Arlanza" para personas que ameritan valores culturales en diferentes campos. Desocupado lector, como quiera que Félix deseaba que este premio fuese el mas hermoso, gallardo y discreto que pudiera imaginarse, ayudado en esta ocasión por su escudero Luis Miguel Orcajo, el Duende de Lerma, han decidido, siguiendo su propio consejo, que el premio recayera en una persona vinculada y querida en estas tierras y en el mundo del teatro: sea pues Don Ernesto Pérez Calvo el elegido. ¡Que Dios le dé salud y a nosotros no nos olvide! Y una última cosa digna de ser contada: al territorio Artlanza no vienen turistas, vienen viajeros. Sí, cientos, miles de viajeros que llegan como ascetas a encontrar el verdadero sentido de la cultura, el de la eternidad, el de viajar al encuentro de nosotros mismos.

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