martes, 4 de mayo de 2010

SÉNECA Y EL ESPÍRITU VIAJERO. "HEALTH AND TRAVEL"





No sólo los viajes "no curan los males del espíritu" -pues las mudanzas frecuentes son propias de almas inconstantes, que diría Séneca- sino que, digo aún más, siempre subyace en ellos el riesgo de adquirir enfermedades (las llamadas enfermedades emergentes y reemergentes). En 2010 se estima en mas de mil millones los turistas que, cada vez mas, viajan a más lugares, más léjos y más rápido; ocho de cada cien consultan al médico en el viaje y uno de cada cien mil turistas fallecerá por enfermedades o accidentes relacionados con el viaje. Por ello, el médico asesorará a estos viajeros a zonas nunca antes visitadas, viajeros de todas las edades, condiciones médicas (inmunodeprimidos, embarazadas...) y por variedad de razones (negocios, estudios, aventura, respuesta a desastres...).
Actualmente vivimos la globalización tanto de reservorios como de vectores. ¿Quién nos iba a decir que el vector de la fiebre de Chikungunya (en suajili es la enfermedad del hombre encorvado)llegaría a España? Pues sí. El mosquito Aedes albopictus (mosquito tigre) ha llegado hasta nuestro pais y ha ocasionado epidemias en la Toscana (Italia). Se admite que a Europa ha llegado a través del transporte de neumáticos, y hasta California mediante la importación de bambúes de la suerte desde el Sudeste Asiático. Las virosis transmitidas por artrópodos están en auge, sobretodo las ocasionadas por virus ARN -muy plásticos y susceptibles a la presión selectiva- como las ocasionadas por alfavirus que hemos ejemplificado, y por flavivirus (Dengue, West Nile, Encefalitis Japonesa, Meningitis Centroeuropea...). Además del turismo, fenómenos como la inmigración, pobreza y cambios ambientales suponen un nuevo reto para la salud pública.

¿Qué es el Reglamento Sanitario Internacional?
Que la OMS, a través de este Reglamento, pretende asegurar el control y evitar la propagación de enfermedades como la peste, el cólera y la fiebre amarilla con la menor interferencia en el comercio y en los viajeros. En 2005 se ha revisado este Reglamento para alertar de brotes y responder a eventos de salud pública de ámbito mundial.

¿Qué debe hacer el viajero para escapar de estas dolencias?
Lo primero consultar con su médico para evaluar el riesgo del propio viajero, sus tratamientos, si los tuviere, y sus particulares condiciones médicas; pero conocer la información epidemiológica -los riesgos absolutos y relativos del viaje- se antoja imprescindible para la prevención y educación óptima de los viajeros. Esta actividad se lleva a cabo en los Centros de Vacunación Internacional por profesionales que conocen lo relevante de esta materia, y que ayudan a los viajeros a tomar decisiones, más cuando se trata de enfermedades que varían en frecuencia y gravedad. Desde incidencias que arrojan cifras del 50% para las llamadas "diarreas del viajero", hasta el 1% para la gripe o malaria sin profilaxis, hasta el uno por mil para el riesgo de malaria con profilaxis o hasta el uno por cien mil para accidentes o enfermedades de transmisión sexual como la infección por el VIH o la hepatitis B. Además, en estos centros se procura la indicación de profilaxis antipalúdicas según los destinos, la vacunación frente a la fiebre amarilla, y frente a otras enfermedades evitables por vacunación como hepatitis A, fiebre tifoidea, meningitis... Incluso se evalúa el riesgo de otros procesos como el "mal de altura" y el "Jet-Lag"; riegos ambientales como legionelosis o histoplasmosis; zoonosis como tularemia, rabia, leptospirosis...
Para finalizar, y dirigido a todos los viajeros -especialmente a los buscadores de blandura- se reservan los consejos para evitar las enfermedades de transmisión sexual. El preservativo es el modo más eficaz de prevención pero, para este tipo de enfermedades, además de conocimientos se precisa de actitudes y habilidades pues -piadoso lector, parafraseando a Séneca- "¿cree que se preocupan de los remedios quienes cuentan sus vicios como virtudes?"

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