lunes, 27 de mayo de 2019

INTELIGENCIA ARTIFICIAL EN MEDICINA

Aunque la Inteligencia Artificial (IA) comenzó con Alan Turing (1950)el término se acuñó en EEUU en 1956 por J. Mc Carthy. Y de esto nos vino a hablar a la Universidad de Burgos (UBU)el catedrático del Departamento de Inteligencia Artificial de la UNED, el profesor burgalés Francisco Javier Díez Vegas. El pasado jueves 23 de mayo el orador trató de la "Inteligencia artificial en medicina: pasado, presente y futuro". El estudio presenta enfoques basados en la biología, como las redes neuronales o "deep learning" que procesa datos en cascada, en enfoques matemáticos como la estadistica bayesiana, o bien en enfoques pragmáticos.Las líneas de investigación han pasado de basarse en conocimiento de expertos a basarse en datos de calidad o "Machine learning", basada en algoritmos que predicen y construyen árboles de decisión.Y aunque la IA transformará la medicina más pronto de lo que algunos piensan y mas tarde de lo que algunos desearían, aún existen muchos retos éticos, de privacidad, de calidad de los datos... que hacen del médico algo insustituible pues éste razona (usa conceptos y lógica), reflexiona (es consciente de lo que sabe), dialoga y sigue aprendiendo; cuatro cualidades a las que aspira la Inteligencia Artificial. Resumen La inteligencia artificial (IA), que surgió en los años 1950, ha obtenido recientemente grandes éxitos en varias áreas, como la visión artificial, la traducción automática y juegos complejos (ajedrez, go…). Hoy en día todos la llevamos en nuestros teléfonos móviles. En los próximos años va a cambiar nuestra vida cotidiana (vehículos autónomos, robots asistenciales…) y a revolucionar el mercado de trabajo. También la medicina, uno de los principales campos de investigación de la IA desde sus orígenes, va a ser transformada radicalmente, más pronto de lo que piensan algunos y más tarde de lo que piensan otros. Este seminario intenta ofrecer una visión de conjunto de la IA, especialmente en su aplicación a la práctica clínica y a la economía de la salud, señalando los logros obtenidos y los que se esperan en los próximos años, pero analizando también de forma realista las limitaciones actuales y las dificultades que se van a encontrar en el camino, que incluyen problemas éticos y legales. Sobre el ponente Francisco Javier Díez Vegas es catedrático de IA en la UNED, en Madrid. Nació en Burgos en 1965. Siendo estudiante del I.B. Cardenal López de Mendoza obtuvo el tercer puesto en la Olimpiada Nacional de Matemáticas y formó parte del primer equipo español en una Olimpiada Internacional. Estudió física teórica en la Universidad Autónoma de Madrid. Su tesis doctoral, sobre IA aplicada a la medicina, obtuvo el Premio Fundesco de Tesis Doctorales de 1994, entregado por el Ministro de Educación y Ciencia. El grupo de investigación que coordina ha construido sistemas expertos de diagnóstico y ayuda a la decisión en varias áreas (cardiología, oncología, enfermedades hepáticas, ginecología, oftalmología, audiología...), ha participado en varios proyectos nacionales e internacionales sobre este tema y ha desarrollado un programa de software libre, OpenMarkov, utilizado en más de 30 países.

miércoles, 10 de abril de 2019

Dr. ADOLFO GARCÍA SASTRE. PROFETA EN SU TIERRA

Investigar es una dedicación intelectual, un ir en busca de la verdad de la realidad para poder mostrarla a los demás; es arrancar secretos a lo desconocido, una disciplina de la voluntad -diría Cajal-; el cultivo de lo problemático y dudoso –diría Ortega-. Pero…“si ansías conocer los secretos del hombre, hazte médico” –dijo Esculapio. Por eso, por curiosidad y por el placer de conocer incliné mi vocación hacia la medicina. Y hoy me siento orgulloso de que un doctor burgalés haya sido investido con la más alta dignidad académica por la Universidad de Burgos: “Honoris causa”. El Dr. Adolfo García Sastre es el investigador más reconocido en el estudio del virus de la gripe, esa mala noticia envuelta en proteínas que nos visita cada año con la puntualidad de los astros. Lo hace desde el Mount Sinaí de Nueva York y protagonizó el aislamiento y reconstrucción del virus de la pandemia “spanish influenza” de 1918, descubrió el gen NS1, responsable del bloqueo del interferón como respuesta del hospedador y trabaja en una vacuna universal de la gripe Es una pena que en España no existan ni riesgos ni incentivos para la investigación –dijo-. Doy fe de que es así, actividad devaluada en el currículum de un médico especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública pues es inútil, al menos, en la Administración sanitaria en la que trabajo.

miércoles, 10 de octubre de 2018

CARMELO RUIZ COSÍN. HUELLA DE LA EPIDEMIOLOGÍA EN CASTILLA Y LEÓN

Dicen que una imagen vale más que cien palabras… ¡Humm…! Carmelo, aquí va una imagen y más de cien palabras como homenaje de tus compañeros, pues te lo mereces. Te fuiste el pasado 5 de septiembre y lo hiciste como las buenas gentes, de forma anónima, humilde e inmutable. Y como hombre de esta tierra eras austero, irónico, socarrón unas veces y fatalista otras. Y te recuerdo en imágenes y palabras como cuando me saludabas con aquel “honrado labriego…”, o cuando nos recordabas aquello de “la cabeza aguanta lo que aguanta el culo”, o nos decías aquello de que “tontos y malvados son dos lujos incompatibles”. Sí, llamabas a las cosas por su nombre y recuerdo tus gestos: asentías con un movimiento de cabeza, te subías las gafas con la mano y carraspeabas… ¡Silencio! También recuerdo los tiempos amargos a partir de 2008 - nos decías que habías pasado a una sinecura en el Servicio Territorial de Sanidad de Valladolid. Pero honrados nos sentimos quienes hemos trabajado contigo y te consideramos el artífice de la epidemiología y el referente de la salud pública basada en la evidencia en la comunidad de Castilla y León. Otros son seducidos por los halagos de la vanidad, pero tú eras como las gramíneas, las proletarias del reino vegetal –que diría Azorín-, humilde, laborioso y resignado. Jamás pretendiste una paternidad honoraria en tus artículos científicos pues desde el primer plan de salud de la comunidad fuiste pionero en los campos más relevantes de la salud pública: el programa de vacunación y la primera encuesta de seroprevalencia, programas de educación para la salud, coordinación autonómica del sida, erradicación de la poliomielitis, control de enfermedades transmitidas por alimentos y tu contribución a la Red Centinela Sanitaria, hoy referente mundial en la vigilancia de la gripe… Y sabías lo que olvidan los políticos: que la formación es la clave para el buen gobierno de la Administración Sanitaria. Por ello nos animabas a formarnos y a enseñar, hasta el punto de suscitar la envidia en otros colectivos por la autonomía e iniciativa que los profesionales de la epidemiología tomábamos en los cursos de formación continuada. En fin, que quienes nos dedicamos a la epidemiología en esta bendita tierra nos vamos quedando desolados, fríos y despoblados como tus queridos campos de Gómara. Perdimos a José Angel y ahora a tí. Y hemos comprobado que la vida y el talento es el principal factor de riesgo de muerte para unos médicos sin bata y sin corbata como vosotros. El cruel árbitro de la vida nos ha expulsado a los mejores jugadores del equipo. Carmelo, termino con un calambur que siempre nos decía mi madre: “las obras se hacen de las sobras”. Y a ti lo que te sobraba era generosidad, laboriosidad y profesionalidad. Las grandes obras han venido del silencio. Nosotros seguimos en el partido y no te olvidamos.

martes, 4 de septiembre de 2018

FUTBOL SOLIDARIO. UN EQUIPO DE PRIMERA EN ETIOPÍA

Las zamarras en mi infancia no llevaban la publicidad pop ochentera y noventera. Pensar en una camisola "canarinha" que llevase tu nombre y el número de tu jugador favorito (Sócrates en mi caso)no dejaba de ser una quimera. El fútbol de antaño, rural, sudoroso, entusiasta -que diría Delibes- era ingénuo y rudo y tenía una roca por balón cuando llovía pues el cuero se emborrachaba en las eras a pesar del sebo con el que lo acariciábamos. Y los jugadores con "mas mollera" del equipo eran quienes decidían en el juego aéreo. El fútbol no deja de ser una analogía de la vida con un final impredecible y toda una lección ética (individual) y de moral (colectiva). También el fútbol es una analogía de la literatura donde cabe la poesía (gol), la épica, el drama... También cabe la irracionalidad y la pasión pues ya dije que el balón es la superficie más pequeña que encierra más sueños. Y por pertenencia, uno es del equipo de su pueblo, el C.D. QUINTANILLA DEL AGUA, y del BURGOS C.F., el equipo de su provincia, y del Real Madrid - epítome de campeón, de remontadas, de sueños...- pues las hazañas las tengo grabadas en blanco y negro. Y porque el paisaje de mi infancia está invadido de chicos, de bicis y de balones de fútbol (a veces llenos de cotones, cuerdas y virutas), éste se asemeja al de África. Y por eso este verano, en un ataque de nostalgia y solidaridad, el CD Quintanilla del Agua envió sus zamarras más antiguas a Etiopía. Pero ya son noventeras pues llevan publicidad: "Valver Auto" lucen en el frente. Las primeras camisolas del equipo fueron blancas con cuellos y cordones y pantalón azul (las más baratas y fáciles de teñir). Las enviamos a una misión católica comboniana, al equipo MAKANE HARO-WATO, a 400 kms. de Adis Abeba, para que vivan nuevos sueños después de haberse batido en épicas batallas por los pueblos en el torneo de la Diputación de Burgos han pasado a vestir nuevos sueños en el torneo de la Amistad y de la Unidad en julio de 2018 en Etiopía. Nos dijo el comboniano P. Ramón Navarro que en junio hubo conflictos y violencia en la zona por motivos raciniales y y que John Hammond, el encargado de deportes en la misión, en cuanto vio nuestro envío de zamarras se apresuró a organizar un cuadrangular que contribuyó a la unidad y solidaridad en la zona. Un modesto equipo ha demostrado genio, fuerza y clase, como cuando David venció a Goliat. Y ha ayudado a estos jóvenes a socializarse, a liberar pasiones, a aceptarse. El fútbol, como la ciencia, es universal en paz o en guerra, en Europa o en África. Es una medicina de masas, es sencillo y con pocas reglas -dice Maria Carmen Izquierdo- ayuda a identificarnos y solo se necesita un balón y un espacio. Sin duda el CD Quintanilla del Agua es solidario y un "Equipo de primera".

miércoles, 17 de enero de 2018

HOMENAJE A LA DOCTORA CHARO EN SAN JUAN DEL MONTE

EL RINCÓN DE CHARO ¡El tiempo cura! Mmmmm…. No sé… ¡Quien de verdad curaba y se entregaba a sus pacientes era Charo! Al menos el tiempo es un buen autor, pues encuentra finales felices -debieron pensar su hijo y Germán, su esposo-. La jornada del sábado 14 de octubre de 2017 en San Juan del Monte debió llenarles de alegría e íntima satisfacción al saber que los servicios que la Doctora Charo había prestado a sus pacientes, con entusiasmo y desvelos, se veían correspondidos por los vecinos con un singular jardín, umbrío y recoleto, que lleva su nombre: “El rincón de Charo”. Con un sol radiante y ambiente cálido, las gentes de San Juan, francos y cordiales, me confesaron la hospitalidad, la vocación, la entrega y la humanidad que signaron el ejercicio profesional de la Doctora Charo. La más discreta cualidad, pero la más grande, con que la naturaleza favoreció a Charo fue su humildad y el amor a la familia –dijo su hermano, el sacerdote oficiante, quien pidió una oración por ella a los asistentes a la Eucaristía-. Y en aquel rincón de la provincia, hombres recios, de piel atezada como Félix, me confesaron que Charo había sido una bendición cuando atendió a sus familiares; vamos, una samaritana para los vecinos, merecedora sin duda de aquel riguroso y cabal acontecimiento al que asistimos familiares, vecinos, amigos y colegas. Y el reloj sombrío que mide indiferente las horas tristes con su tic tac metálico se había parado para siempre. Ni acerbo ni punzante –diría nuestro poeta y colega Carlos de las Heras- no hay un solo adjetivo que mitigue la ausencia de Charo. No, el tiempo no cura, pero sabemos que cuando el reloj se detiene, para quienes aman, el tiempo es eternidad. Charo estará siempre en nuestra memoria.

jueves, 28 de septiembre de 2017

MANUEL GALIANA, QUIJOTE DEL ARLANZA. Arte y Artesanía (Art and Crafts)

Arte o ciencia, alma o cuerpo… Un primo de mi abuelo, benedictino en Silos, el padre Timoteo, decía que la Iglesia prefiere, como es natural, el alma al cuerpo y el cielo a la tierra, pero que el Señor Soberano tenía a gala apellidarse Dios de las ciencias: Deus scientiarum Dominus est. La ciencia y el arte tienen variadas relaciones pues ambas buscan nuevas visiones de las cosas, hacer visible el mundo existente, la universalidad del pensamiento… Es lo pretendido por científicos y artistas. Y una tarde de este mes de julio, Manuel Galiana, un actor fantástico, un artista, llegó a Territorio Artlanza, en Quintanilla del Agua, acompañado de su esposa a recoger su premio Quijote del Arlanza 2017, y nos enamoró el alma. Entre morcillas, chuletas y vino, nos regaló a mi hermano Félix, al Duende de Lerma y a nuestros familiares una velada inolvidable. Me pareció un hombre feliz. También un hombre querido y que pronto había adivinado que su vida era la aventura, el placer de la interpretación, la imaginación. Vamos, que había nacido para ser artista y que el teatro lo eligió a él. Que persiguió sus sueños desde el Instituto San Isidro de Madrid y que fue Chicho quien le dio la oportunidad de poder vivir de aquellos sueños. Hablamos de cine, de Garci, de su maestro Antonio Ayora, de José Luis Coll, de monologuistas como el Brujo, de teatro y Estudio 1 (cómo no), y de escenas de matrimonio ¡Ay la televisión! Ahora tiene un teatro en Embajadores, Estudio 2, donde enseña y también sigue interpretando. En fin, que nos dijo que en Territorio Artlanza hay algo sobrenatural, un alma, y que Félix era un elegido por la divinidad a quien hay que cuidar.Arte, alma, artesanía... Una tarde para no olvidar. Gracias porque con tu visita a este humilde pueblo, a Territorio Artlanza, nos demostraste ser un gran artista y un buen hombre que merece ser nuestro embajador.

viernes, 27 de enero de 2017

LOS NÚMEROS DE LA NATURALEZA

Sí. Las matemáticas están en la naturaleza pues ofrecen muchas soluciones a cómo resolver problemas. Y, si prestas atención amigo lector, dos conceptos relacionados dan cuenta de este hecho: la sucesión de Fibonacci y los fractales. La sucesión de Fibonacci, descrita por Leonardo de Pisa en el siglo XIII, comienza en los números 0 y 1 y, a partir de éstos, cada término se va formando como la suma de los dos anteriores: 0,1,1,2,3,5,8,13,21,34,55… La división de uno de estos números entre el anterior tiende al llamado número irracional Phi –en honor a Fidias-, o número áureo, cuyo valor es 1,618… así hasta el infinito que es una expresión de la sucesión con aplicaciones en muchos ámbitos: arquitectura, arte y, entre ellos, en las configuraciones biológicas. La configuración de las ramas de los árboles, los bronquios, la espiral de los moluscos como el caracol (espiral áurea de la figura 4), el número de pétalos de las flores o la conformación de los frutos de los girasoles o de las piñas utilizan esta mágica sucesión. Y es apasionante pensar que muchos de los colores y de las formas con los que se viste este proceso biológico, nuestro mundo, ese que inspira a poetas y pintores, responde a esta sucesión matemática. La naturaleza ha encontrado soluciones a los problemas a través de la selección natural: la esfera protege, la hélice agarra, el hexágono pavimenta, la espiral empaqueta, la parábola emite, las ondas transportan, la punta penetra y los fractales colonizan, ocupan… Muchas formas de la naturaleza se explican por los fractales, patrones de la naturaleza que siguen la sucesión de Fibonacci, un concepto definido en 1958 por Benoit Mandelbrot como superficies finitas que contienen perímetros infinitos (la rama de un árbol, el árbol bronquial, un copo de nieve, el sistema capilar...) La realidad es caótica, como la costa, las nubes, un ciclón… y la geometría euclidea no permite representar esa realidad cosa que consiguen los fractales construidos mediante sistemas de funciones iteradas aplicando el principio de autosemejanza donde una parte de la figura guarda semejanza con la figura completa. Esto se puede observar en la figura 3, en el triángulo de Sierpinski. En la figura 4 vemos un bosquejo de cómo se construye la espiral áurica siguiendo la sucesión de Fibonacci. Esta espiral siguen los halcones cuando se lanzan a la caza ocupando el mayor campo visual; también los ciclones o la conformación de las galaxias… En fin, en el mundo real no existen los fractales como tampoco existen la esfera o la línea recta. Pero la esfera es un privilegio que utiliza la naturaleza para proteger y para constituirse como la superficie más pequeña que encierra mas volumen. Pero son estos modelos ideales como los fractales quienes mejor explican las formas de la naturaleza que sigue una dinámica no lineal. Es así como la piña o el girasol conforma sus frutos, siguiendo el tránsito descrito por la circunferencia áurica. Esta circunferencia se construye con la proporción áurea, es decir, 0.618 * 360º = 222,5º. La parte restante de la circunferencia quedará en 137,5º. Las pipas de girasol se irán colocando siguiendo éstos ángulos desde adentro hacia afuera, siempre a 137,5º del último elemento formado, con la peculiaridad de que nunca se repite posición ni se llega al origen. Así en la espiral de una torta de girasol apreciaremos 34 líneas espirales que giran a derecha y 21 a izquierda. Y si el apasionado lector sigue con atención esta disertación caerá en la cuenta de que los brotes y las hojas de un árbol se colocan siguiendo fractales, es decir, copiando piezas más pequeñas que el original con una proporción áurea (1/Phi). De esta forma las ramas no se tocarán y ocuparán el máximo volumen en la mínima superficie. Además, el grosor de una rama de un árbol equivaldrá a 1,618 tomando como unidad la rama superior. En fin, amigos, estamos tratando de la belleza de los números o mejor dicho de los números de la belleza o belleza mágica pues ahí están los tres pétalos de los lirios, los cinco de las petunias, ocho de las peonías, o los trece de la hierba de Santiago o las caléndulas, los veintiuno de la flor de la achicoria o los treinta y cuatro de muchas margaritas. Así que con este lenguaje del universo nos acercamos a la belleza. Números que en botánica siguen la Ley de Ludwig. Amigos de esta aventura que es la vida: temo que esta crónica de hoy, este “post” acabará con esa visión romántica de la naturaleza, de las nubes, de las flores… y ya no la veremos con los mismos ojos que antes. Y de la misma forma que el poeta romántico inglés John Keats dijera que Newton había destruido la poesía del arco iris ahora vemos cómo los fractales han desvelado muchos de los enigmas de la naturaleza que sin dudas nos adentrarán en nuevos desafíos. Se hace más necesario que nunca enseñar a los niños la belleza, la belleza del conocimiento, la belleza de los números para que comprendan la naturaleza.