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Le dije a uno de mis mejores amigos,
Javier Santamaría, que el reloj mas preciso era aquel que estaba parado pues da dos veces al día la hora exacta. En fin, esta ironía era de
Lewis Carroll en su “matemática demente”- Claro, que la precisión no significaba que fuera exacto pues un reloj parado no vale para saber la hora y es mas importante la validez que la precisión.
Así que manos a la obra. Javi, que siempre ha sido un tipo ingenioso, con capacidad inventiva, curioso y paciente – no he conocido a nadie como él y mi primo
Luis para escrutar la naturaleza- se puso manos a la obra y se decidió a construir un reloj de sol; bueno, tres relojes de sol en la misma piedra: uno horizontal y dos verticales, con
declinación -me dijo-. No necesita pilas, ni cuerda, y la precisión es en torno a un minuto. Esta aventura le ha dado mas de un dolor de cabeza pero hoy está orgulloso de haberse devanado los sesos, de haber arrancado esos secretos desconocidos a la naturaleza.
¿Y por qué tres le dije? ¿Acaso dudas de la validez? Caes- le dije- en aquella
falacia del pregonero, aquel que compraba tres periódicos iguales para ver si era verdad lo que decían. Pero a Javi le estimulan los retos y empezó contándome cómo calculó el meridiano del lugar, sobre la necesidad de ajustar el reloj a la
longitud de 3 grados oeste donde está situado
Quintanilla del Agua y que supone mas de 12 minutos de retraso respecto de nuestra referencia, el Meridiano de
Greenwich. El
gnomon, que apunta al polo celestial, está dirigido al norte y su inclinación depende de la
latitud del lugar (42 grados N en Quintanilla); En fin, que para tener esa precisión de un minuto se necesita de la ecuación del tiempo pues la tierra gira, en primavera y otoño, a una velocidad de 23h. 56´23´´ mientras que en verano e invierno gira una vuelta en 23h. 55´43´´. También me dijo que me pasaría los ángulos entre las marcas de las horas para que me construyera mi propio reloj porque si estuviésemos en el Ecuador cada hora comprendería 15 grados pero estamos a 42 grados de latitud.
Meritorio el esfuerzo que ha hecho mi amigo Javi por esa aventura del saber. Hoy existen aplicaciones como http://sundial.damia.net en la que se puede elegir el tipo de reloj de sol, te lleva a
Google maps para localizar el lugar y la declinación de tu pared y le das a imprimir. Conociendo a Javi me temo que no se conforme con este reloj de tres caras y ande dándole vueltas al
reloj analemático ,construido en el suelo con el gnomon vertical del propio cuerpo, por lo que deberá construir ahora no uno sino doce relojes, uno para cada mes del año.